Esta iglesia perteneció al convento de los Padres Carmelitas Calzados desde su fundación en 1591 hasta la desamortización. En 1910 la orden religiosa volvió a tomar posesión de una parte del edificio, ya que las dependencias conventuales fueron derribadas, y en parte adaptadas, para la construcción del Asilo de ancianos regido por las Hermanitas de los Pobres. La comunidad estuvo presente en la localidad hasta mediados del siglo XX, cuando pasó a estar bajo la jurisdicción de la iglesia parroquial de Santa María. La iglesia tiene una fastuosa ornamentación de pinturas y murales con yeserías policromadas y doradas y una excelente colección de pinturas, esculturas y carpintería que junto con el órgano del siglo XVIII, la hacen un símbolo del barroco ecijano.